La
inequidad en la sociedad chilena, es un tema que ha permeado diversos ámbitos sociales,
incluyendo la educación. Es así como problemas en el acceso a la educación
superior, ha conllevado a cuestionar los mecanismos bajo los cuales los estudiantes
ingresan a esta.
A
raíz de ello, que los autores de “La evaluación del mérito académico en la
admisión a las Universidades”, desde una mirada a partir de las políticas
públicas en educación, plantean que el sistema chileno se caracteriza por la
falta de oportunidades, inducida por un Estado que, quizás sin pretenderlo,
financia a las universidades para que los estudiantes mejores calificados no
ingresen a estas. (Gil Llambías y Ureta Zañartu, 2003)
El
presente estudio tiene como objetivo el de exponer y reflexionar a partir de
los datos acerca del acceso a las universidades del Consejo de Rectores, además
de comparar los sistemas usados en algunos países de la Unión Europea y Estados
Unidos, en donde el mérito académico ha conllevado un mejoramiento en los
indicadores de titulación y recuperación del capital invertido por las casas de
estudio.
Es
así como el presente estudio comienza con una breve introducción teórica acerca
de la relevancia que tiene el mérito académico en el momento de la selección en
la educación. Es así como los autores hacen referencia a autores como Platón,
Jesucristo y Aristóteles, para así llegar a los planteamientos actuales acerca
de la materia, en donde se señala que el desarrollo económico va de la mano con
el progreso pleno de las capacidades de los ciudadanos.
A
continuación, los autores dan cuenta de la definición que en nuestro país se da
al mérito académico, siendo la de un “conjunto
de cualidades del postulante que le permitirán finalizar una carrera
universitaria en un período adecuado” (p. 181), señalándose por los mismo que
dicha afirmación no es cumplida, ya que con la incorporación del Aporte Fiscal
Indirecto (AFI) el Estado se compromete a pagar a los veinte mil mejores
estudiantes que realicen la Prueba Aptitud Académica (PAA).
A
partir de lo anterior, es que los autores señalan la injusticia del sistema educativo,
ya que indican que el método por el cual el único predictor del mérito
académico sea una prueba estandarizada, hace que otras variables como lo son
las notas de enseñanza media (NEM), que en estudios internacionales se señalan
con mayor capacidad predictiva en el rendimiento del estudiante, sean desplazadas.
Por
otra parte, dan cuenta de la equidad a partir de la comparación del rendimiento
de los estudiantes mejores evaluados de la educación media municipal,
particular subvencionada y particular pagada. Dicho análisis da cuenta, que los
últimos obtienen 160 puntos más que los estudiantes que provienen de la
educación municipal. Con este
diagnóstico, es que los autores hacen referencia a la experiencia
internacional, en donde países de la UE y EEUU, el mérito académico es
determinado fundamentalmente a partir de evaluaciones internas, esto es la
trayectoria escolar de cada postulante que dura ente dos y tres años.
En
cambio en dicho escenario en Chile es distinto, ya que las acciones para seguir
el modelo internacional en acceso a la educación superior, se han visto
truncadas por la falta de voluntad política por parte del Consejo de Rectores.
Los
autores a su vez, analizan las distintas variables que tiene implícitamente
dicho modelo, siendo primera la del colegio, en donde señalan que el usar como
grupo de referencia a cada institución, responde principalmente al ideal de
igualdad de oportunidades, esto quiere decir, que dicho estudiante al igual que
sus compañeros ha sido expuesto bajo similares estímulos durante toda su
enseñanza.
Es
a partir de lo anterior, que se cuestiona lo que diferencia a los mejores
estudiantes de cada colegio, en donde el factor de aprendizaje no es el que
determina dicho rendimiento. Esto es, en palabras de los autores que “los
talentos están homogéneamente distribuidos en todos los grupos sociales; lo que
requieren estos jóvenes son oportunidades para desarrollarlos” (p. 188).
Otra
variable es el NEM, en donde los autores desmienten la inflación que tendrían
en nuestro país, afirmando un comportamiento normal, siendo esto consecuencia
de ser un país en “donde se respeta la libertad de enseñanza, incluidos los
distintos criterios para evaluar usados por los colegios” (p. 189), en donde el
problema radica en el erróneo procedimiento que usan las universidades para
ponderar dichas notas a puntajes.
Es
a partir de lo anterior, que los autores a raíz de la implementación de un
procedimiento que midiese de manera efectiva el mérito académico, plantean tres
vías bajo las cuales será la definición del estudiantado de cada colegio el que
varía.
La
primera opción señala que el estudiantado serán los alumnos de la misma
promoción del estudiante, la cual tienen como ventaja que se está comparando al
postulante con iguales que han tenido los mismos estímulos. Pero tiene como
desventaja el poco tiempo que tiene el Ministerio de Educación para realizar
dicho cálculo, además de la alta competencia que generaría dicho mecanismo
dentro de cada generación. Dichas objeciones son también compartidas con la segunda
opción, que da cuenta del las últimas tres promociones, incluida la promoción
del postulante.
Será
la tercera opción por parte de los autores la que respondería de mejor forma
las inquietudes por parte del ministerio. Dicha vía señala al estudiantado como
los alumnos de las últimas tres promociones, excluyendo la promoción del
estudiantado.
La
tercera variable que tendría el sistema de mérito, es la PSU, en donde se
señala que el cambio de la PAA por la PSU mantendría en un corto plazo, las
preocupantes deficiencias de inequidad del sistema de selección chileno.
Por
otra parte, otra variable sería la evaluación institucional, en donde se
critica la labor llevada a cabo por la Comisión de Acreditación de Carrera del
Pregrado (CNAP), en donde señalan que las universidades acreditadas “carecen de
criterios claramente establecidos y apropiados a las exigencias de sus planes
de estudio (…) además de un seguimiento de sus procesos académicos, así como
desarrollar procesos de seguimiento de sus egresados” (p. 194)
Del
mismo modo, los autores señalan que según “estimaciones realizadas sobre la
base de las ponderaciones previas y posteriores a la creación del AFI se estima
que un cuarto de la matrícula del primer año (…), habría estado constituida por
otros jóvenes” (p. 195).
Ya finalizando,
se señalan otro factor que estaría implícito en el sistema, que es el de ayudas
estudiantiles. En donde los autores desmienten el hecho de que el aumento en la
matrícula de estudiantes más pobres, conllevaría a un incremento del gasto fiscal,
ya que dichos estudiantes tendrían un mejor pronóstico en la mantención y egreso
de sus carreras, por lo que también a mediano plazo, la recuperación del
crédito universitario.
Es
así cómo el poder legislativo, según los autores, tiene el futuro de la
educación chilena según los autores, ya que será la sustitución la PAA por la
PSU la que lograría según ellos la desaparición del AFI.
En
mi opinión el presente estudio a pesar de tener una década, incorpora a la
discusión actual sobre los métodos de acceso a la universidad, datos que son
esclarecedores. Ya que presenta de manera concisa el escenario previo a la
incorporación de la PSU, en donde las problemáticas existentes en dicha época se
mantienen. Es así como con la actual incorporación del ranking y la realización
de la PSU como prueba de selección, son vistas para la opinión pública como un
gran avance en materias de acceso, será la mantención del AFI por parte del
Estado uno de los factores preocupantes. Creo que dicho diagnóstico puede
enriquecer el diálogo entre los implicados –ya sean estudiantes, académicos y
Estado- con respecto a qué métodos de acceso queremos para la educación de
Chile, ya que es a partir de la resolución de problemas histórico que se
logrará avanzar hacia una educación para todos los chilenos.
En
síntesis, este artículo señala a partir de un escenario de inequidad educativa
de nuestro país, la importancia del establecimiento de nuevos métodos de acceso
a la universidad, que incorporen el mérito académico dentro de sus variables.
Se destaca lo visionario de la propuesta de los autores, señalando así lo
importante que es para el sistema educacional el poder seleccionar a los
talentos que son escondidos por el sistema.